En estos tiempos que vivimos ya casi nadie se acuerda de los “artistas” de la ceja, aquellos que defendían la alegría. Alegría la suya claro, que han vivido del presupuesto, que obtuvieron privilegios medievales como el canon digital. Ya nadie se acuerda y fue en el 2008, cuando Zapatero negaba la crisis y el sistema bancario español era de la “Chapion Liga”. Se hablaba ya entonces de reformas pero a Zapatero sólo le interesaba reformar la sociedad y el pasado, mas no la economía. Había vivido de la inercia del Partido Popular y de Aznar. Cogió un coche nuevo, cargado de gasolina y aceleró en primera porque no sabía conducir, y sin cambiar de marcha, gripó el motor. Lo dejó con tres ruedas en un precipicio y así se lo entregó a Rajoy. Antes le dijo, que sólo estaba ahogado. Mariano trata de arrancarlo, pero no va. Ya ha llamado a la grúa, ya le están rectificando el motor, pero el mecánico no hace más que encontrarle nuevas averías, el embrague la dirección, los frenos… y mientras tanto estamos sin coche, y a Mariano le sube la factura, y todo el mundo se le echa encima, los unos, los pasajeros de Zapatero, culpándole de que el coche no funcione y los suyos, porque esperaban un cómodo viaje y van andando cargando con las maletas.
Ahora, nuestro ex presidente, dice que no había que haberse endeudado tanto y que no tendría que haber confiado tanto en el sistema financiero español. A buenas horas…
¿A cuántos españoles que confiaron en el gobierno anterior les ha costado la ruina?. Aquellos que creyeron en los cómicos y caricatos que defendían la alegría de Zapatero e invirtieron, se han arruinado por su culpa; no estamos hablando de grandes inversores, sino de familias que decidieron comprar una casa, invertir en bolsa sus ahorros, o simplemente pedir un préstamo para ampliar su tienda o negocio. La orquesta siguió tocando música mientras se hundía el Titanic, y aquel que se quedó escuchándola perdió una oportunidad preciosa de salvarse.
La avería, el desastre, lo estamos pagando todos. El que piensa que la política va por un lado, y la sociedad por otro, el que piensa que todos los políticos son iguales, está profundamente equivocado. Muchos no lo piensan de verdad, solamente lo dicen. Las decisiones de los políticos afectan grave y directamente a la sociedad, las decisiones buenas y sobre todo, las malas. Y no todos los políticos son iguales.
El gobierno de Mariano Rajoy ha empezado por poner los números sobre la mesa, enseñar las cartas y mostrar la realidad. Esa es la primera, la gran diferencia con el gobierno de Zapatero y la decisión más acertada y más leal con los ciudadanos. Ha echado las cuentas del déficit público real y no el falso déficit que no incluía a las Comunidades autónomas y entidades locales; ha contratado dos auditorias independientes para conocer la realidad del sistema financiero español. Cuando se nos ofreció por parte de la UE una ayuda de 100.000 millones de euros, conseguida por Rajoy, hubo uno que decía que aquello le olía mal y que había escuchado rumores de que el problema era mayor de esos 100.000 millones de euros. Resulta que la roncha es de entre 15000 millones y, en el peor de los casos, de 65.000 millones, una barbaridad de todas formas. La principal virtud de estas auditorias ha sido evitar especulaciones que no hacen más que daño a la economía española.
Nadie puede negar que la situación es muy difícil, y que se están tomando decisiones difíciles e impopulares. Pero se sabe lo que se tiene, se sabe qué es lo que puede hacer y se hace. Eso es gobernar. No todas las decisiones van a ser acertadas, pero la mayoría de las medidas que está tomando el gobierno son ejemplares.
Ahora nuestro Presidente Don Mariano Rajoy con la delegación española ha conseguido un gran triunfo en Bruselas y un éxito diplomático rotundo. Ha conseguido un acuerdo muy beneficioso para España que lo es también para Italia, y para toda la Unión, consistente en una ayuda directa a los bancos, la creación de un mecanismo de supervisión único, la adquisición de bonos por parte de la Unión Europea, y se suprime la preferencia de la UE para cobrar. Eran los objetivos de la delegación española que han sido conseguidos en un órdago a la grande y donde todas las voces han coincidido que España tiene motivos para estar satisfecha. Eso es defender los intereses nacionales, no echarse a dormir en la sala contigua a donde se negocia y conseguir un acuerdo “como sea”, aunque sea contra España, para sacarse una foto. Cuánto dinero, cuanto esfuerzo, cuanto sufrimiento están costando cada una de las fotos de Don José Luis Rodríguez Zapatero; decimos que están costando, porque las seguimos pagando todos a un precio exorbitante.
Hemos recibido varia buenas noticias, como es la bajada del paro en este mes de junio en casi cien mil personas, y la subida de cotizantes en la seguridad social de treinta mil personas. Con éste son tres meses consecutivos de buenas noticias en el ámbito laboral, y aunque no es suficiente, y no puede satisfacer a nadie cuando hay tantos millones de parados, ya está marcando una tendencia y de seguir así durante el verano supondrá un alivio a la mala situación económica de España. Porque atajar el paro es fundamental, el trabajo supone consumo, ahorro e inversión que puede generar mas empleo.
La sociedad española tendría que aprender mucho de la Selección Española de futbol. Si fuéramos un equipo, si nos olvidáramos del individualismo, si fuéramos generosos, solidarios, trabajadores y buscáramos un objetivo común, cada uno en su lugar, con humildad, aceptando las decisiones de quien sabe, los resultados se verían muy pronto y nadie podría con nosotros. Viva España.
Manuel Galván y todo el grupo municipal del PARTIDO POPULAR