Desde estas líneas, desde este cubículo, desde mi sillón y solo con el frío sonido que producen las teclas al ser aporreadas por estos gruesos dedos, quiero mandar un halo, qué digo un halo, un grito, una voz, no altisonante pero si grave y atronadora, de agradecimiento, para todas las personas que han tenido la suerte de pensar por si solas, por no someterse a la “borregecidad” de la manada, que creen que las cosas se pueden y se deben hacer de otra manera, que creen en la libertad, que saben escuchar, que no se creen los poseedores de la razón, que comparten la calle, los espacios públicos, las aulas, los polideportivos, los cines, los teatros, que se esfuerzan, todos los días, en traer el pan a casa para los suyos, que defienden la vida, la religión (la que sea), que comparten la expresión, la opinión, que creen sumamente en el debate (desde el respeto y la pluralidad), que miran a los ojos cuando algo tienen que decir y tantas y tantas otras cosas que no por no acordarme no las pongo si no más bien por no ser cansino.
Cuantísimos alcaldes, concejales, militantes, colaboradores y simpatizantes del Partido Popular estamos aguantando los insultos, los desprecios, las malas formas, los malos modos, los feos gestos y tantas otras formas de insultar, denigrar y maltratar a la persona, solo por no pensar como ellos. Todo se aguanta, todo por que sabemos que lo hacemos por una tierra mejor, por un futuro más prospero, por dar una vida mejor a nuestros hijos, pero cuando la vileza del oponente es tal que la sin razón es su principal arma de ataque, y cuando esa vileza se ve alimentada por la incultura regada por el socialismo y si a eso le sumas la destreza pueblerina de hacer daño, la mirada se torna sobre los más débiles, los más indefenso, aquellos que no buscaron lo que sus padres defienden, pero son hijos de quienes son y ese es su pecado, los hijos.
Allí atacan los “pueblerinos”, los “cobardes”, los “mandaos”, los “paniaguados”, los “barriga agradecida”, los “dame pan y dime tonto”, creen inútilmente que papá estado estará siempre hay para todo, hacen de la subvención sin control su modo de vida, además tienen el descaro de jactarse de ello, y el colmo de la hipocresía es cuando ves y oyes como defienden la igualdad y la libertad, eso si, si se hace lo que ellos digan, si no, no vale.
Amigos alcaldes, concejales, militantes, colaboradores y simpatizantes, espero que estas líneas os haga más fuerte, que veáis lo fuerte que ya sois, que no os dejéis pisar, que denunciéis las injusticias, que sepáis que ladran mucho, pero también que mientras ladran no muerden y que solo saben ladrar. Es difícil continuar cuando la toman con tus hijos, pero eso es solo porque lo estáis haciendo bien, mejor que bien. Continuar así.
Enhorabuena a todos y a todas por el esfuerzo titánico que hacéis a diario.
Manuel Díaz Solís
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